PEPE RODRIGUEZ REY
YO QUERÍA SER CANTANTE DE ROCK O FUTBOLISTA…
¿La cocina? ¡Ni hablar! ¿Te sorprende? ¡Es que aquello era una locura! Mis padres vivían por y para El Bohío. Y yo, cada día, al llegar del cole de pequeño, atravesaba el mesón repleto de clientes, pasaba por la barra del bar, y me sentaba calladito en la cocina a hacer los deberes.
Aquel jaleo constante, aquel olor permanente a chorizo frito… Yo, lo único que quería era ¡convertirme en el próximo Mick Jagger o dominar el balón como Pirri! Pero, ni una cosa ni la otra porque ni sabía pegarle a la pelota con las piernas ni Dios me dio voz.
Además, por aquel entonces no se estilaba ser chef. No tenía el glamur que tiene hoy.
Pero, la vida da muchas vueltas, y aquí me tienes, propietario de El Bohío y jurado televisivo.
EL MISMO PEPE DE SIEMPRE, EL CHICO TÍMIDO DE ILLESCAS…
Uno de los 627.000 Pepes y uno de los 924.000 Rodríguez en España (como bien me recordaron en una entrevista en televisión!). Uno más. Como tú.
¿Con grandes mentores como Ferrán Adriá y Martín Berasategui? Desde luego. Y agradecidísimo que les estoy. Pero Pepe Rodríguez, sigue y seguirá siendo siempre, uno más.
Mi Equipazo
Con el tiempo, y con los compromisos televisivos, mis funciones han cambiado en El Bohío. De ejecutar, he pasado a pensar. A diseñar. A probar. A coordinar. Ahora soy el conductor del tráfico. El que canta comandas: “dos bacalaos para la tres, tres pringás para la cuatro, unos callos para la ocho”. Yo dirijo el tráfico. Ellos conducen y te llevan a tu destino. Yo dirijo la orquesta y mi equipazo compone una sinfonía gastronómica manchega para ti.
Entre todos movemos todas las piezas para conseguir la perfección, aunque, como decía el gran chef francés Joël Robuchon, “sabemos que la perfección no es de este mundo”.
Juntos, reinventamos esos platos maravillosos que hacían mi madre y mi abuela, como la Ropa Vieja, mientras yo hacía mis deberes en un rincón de la cocina.
JUNTOS, RECIBIMOS UNA ESTRELLA MICHELÍN EN 1999, Y LA PRESERVAMOS DESDE ENTONCES.
Nos han otorgados premios al…
En fin. Que sin ese gran equipo yo no sería Pepe Rodríguez Rey, Así que, ¡gracias! ¡Gracias a mi equipazo y a todos los protagonistas en El Bohío, nuestros queridísimos clientes!
